viernes, 16 de diciembre de 2016

Los antiéticos o los crueles habitualmente suelen alimentar y apoyar poder (y mentiras mediante confusiones) para, luego, tranquilamente tener poder y ya con él conseguir rentabilizar las mentiras en quienes no han ofrecido ninguna resistencia de no complicidad, de aclaración, de razón o de vergüenza mínima ante lo que es una obligación existencial-convivencial.

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