Yo tengo la infinita OBLIGACIÓN ÉTICA de decirte (no consentirte) las SINRAZONES que estás tú diciendo o haciendo socialmente en cualquier momento de tu vida (y el cómo decirlo solo lo determinará la razón, aunque siempre conllevará una gran desaprobación imprescindiblemente descalificatoria, una condena ética e indignidad). Sí, tú también tienes esa obligación (siendo obligación porque es ineludible con el imperativo de hacerla bien en responsabilidad y conciencia) pero, el que tú le des las espaldas (realizándose el mal), no significa que yo lo tenga que seguir.
Si dejas pasar una mentira, ya es posible que dejes pasar muchas. Y, para que no dejes pasar una mentira, solo puedes atender en conciencia a quien demuestra racionalmente las mentiras. José Repiso Moyano
miércoles, 10 de mayo de 2017
¿Dicen? ¿Qué saben ya de la decencia
de un RESISTIR?, de ese colmar de beso
el corazón, sin más, sin elocuencia,
sin traicionar a la ternura, ¡eso!
¿Qué saben de una cosa con conciencia?,
¡sí!, del valor que lleva el sueño impreso;
el seguir digo que lo anima el hueso.
¿Saber? ¿Qué saben ya de mi decencia
mientras se mueren a mazazo lento
mis rosas de la sangre sin clemencia?,
¡todo hacia un miserable enterramiento!
¡Cierto!, ¿qué con tramposa vehemencia,
maldita que malhiere el sentimiento,
forjan para llamarlo... inteligencia?
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