viernes, 13 de octubre de 2017

Una persona o pueblo o país solo son buenos por la mínima complicidad que tienen con las mentiras-sinrazones; así es de claro, porque el que irrebatiblemente de verdad es bueno lo debe ser y demostrar con la misma ética. Sirva la consideración de que todo alineado ya es bueno para los otros miembros de su alineación (Pinochet, sí, era bueno "para los suyos"), y no por hechos éticos.

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