Si la naturaleza viene a demostrarte lo que es ella y tú le das las espaldas, entonces estás así a contrabién o a contraética destruyendo. Si Galileo (o cualquier otro ser humano) viene a demostrarte algo y tú le das las espaldas,
entonces estás así a contrabién o a contraética destruyendo; pero, en definitiva, sin un átomo de ética siquiera, sin un átomo de respeto siquiera, sin un átomo de algún bien. Así es, porque sencillamente tú no puedes defender la vida con la muerte, ni cualquier conocimiento o valor con la negación de su procedencia.
Si dejas pasar una mentira, ya es posible que dejes pasar muchas. Y, para que no dejes pasar una mentira, solo puedes atender en conciencia a quien demuestra racionalmente las mentiras. José Repiso Moyano
miércoles, 13 de diciembre de 2017
¿Dicen? ¿Qué saben ya de la decencia
de un RESISTIR?, de ese colmar de beso
el corazón, sin más, sin elocuencia,
sin traicionar a la ternura, ¡eso!
¿Qué saben de una cosa con conciencia?,
¡sí!, del valor que lleva el sueño impreso;
el seguir digo que lo anima el hueso.
¿Saber? ¿Qué saben ya de mi decencia
mientras se mueren a mazazo lento
mis rosas de la sangre sin clemencia?,
¡todo hacia un miserable enterramiento!
¡Cierto!, ¿qué con tramposa vehemencia,
maldita que malhiere el sentimiento,
forjan para llamarlo... inteligencia?
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