domingo, 28 de enero de 2018

En cuanto tú a la verdad le pongas formas o formatos, irrebatiblemente o por seguro (en racionalidad) deja de ser verdad. En cuanto tú al amor le pongas formas o formatos, deja de ser amor. En cuanto tú a la libertad le pongas formas o formatos, deja de ser libertad. En cuanto tú a la energía le pongas formas o formatos, deja de ser energía. Y así ocurre para todas las realidades. 
Entonces, ¿para qué sirven las "formas"? Pues, tales son únicamente instrumentos invisibles de clasificación subjetiva o del deseo, esto es, son productos lingüísticos que solo existen en el contexto subjetivo de lo social. Sí, las "formas" responden siempre al imperativo subjetivo del "¿cómo lo desea tal o cual clasificación?" o del "¿cómo se desea eso ante una referencia de querer o de parecer o de deseo?" (para que sirva como una referencia para lo que ha de venir).
Exacto, jamás pueden haber formas del planeta Tierra o de Galileo, jamás (que eso es una realidad), pero sí pueden haber formas de planetas (en donde ya como planeta se ha cogido un "modelo" o una subjetividad o una serie de cosas que atienden a ese modelo subjetivo) y sí pueden haber formas de parecidos o con respecto a ésa única realidad (a única forma) de Galileo.

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